LOS DEMÁS
La mitad del mundo, no puede comprender los placeres de la otra mitad.
Relacionarse con los demás es un arte que requiere paciencia, humildad y sensibilidad.
En el día a día tenemos que tratar con un sinfín de personas, y esto no siempre es fácil. Cada individuo tiene sus propias prioridades, una manera de ver el mundo y un pasado que le condiciona.
Estas coordenadas a menudo chocan con las nuestras dando lugar a fricciones las cuales no deben llevarnos a pensar que "el infierno son los otros", al contrario, la interacción con los demás es una oportunidad excelente para aprender a realizarse.
El ser humano es un animal social, lo cual implica que la mayor parte de sus actividades las lleva a cabo en colaboración con otros, y en función de cómo sea ésta relación obtendremos mejores o peores resultados.
Allá donde convivan dos o más personas siempre habrá riesgo de conflictos, es prácticamente inevitable, superar dichos conflictos y sobre todo aprender de ellos es, sin lugar a duda, una buena base para la felicidad.
No debemos condenar a nadie por defectos que nosotros mismos tenemos, tampoco esperar contrapartidas de los demás, ya que esto nos conducirá al desengaño y resentimiento.
Busquemos la satisfacción en el simple hecho de dar, sin esperar recibir nada a cambio.


