jueves, 29 de octubre de 2015
2.19 am
A veces, uno duda entre decir todo lo que piensa / siente o dejar que el silencio vaya alejando esos pensamientos, esas palabras que no pudieron salir, hasta que ya casi no tiene sentido decir lo que entonces creías necesario, dicen que no se debería hablar si no es para mejorar el silencio, y a veces, creo que es cierto.
Ocurre que para lo que uno es importante, para el otro puede carecer de sentido, y si se lo da, es por la propia importancia que la otra persona le otorga.
La confianza, nada tiene que ver a veces con esos silencios, pero otras veces sí.
Pienso que tanto en la amistad, como en el amor, no basta sólo con querer, ante todo hay que comprender, no juzgar sin antes saber, y aun así no juzgar, dar cabida a todo tipo de pensamientos y emociones partiendo de la base de que ninguno de nosotros somos iguales, que podemos compartir ideas o pensamientos, pero que debemos respetar que los de los demás no sean iguales a los nuestros, y no por ello debemos sentirnos alejados, ni tampoco sentirnos con la verdad, porque el hecho de comprender, empatizar, compartir, es tener la suerte y la mirada puesta en más de una realidad.
ME GUSTA
Me gusta contagiar sonrisas, el cielo azul con nubes esponjosas, me gustan los abrazos y sus besos. Me gusta esa fase de enamoramiento en la que no puedes dejar de sonreír.
Me gusta el olor de los libros, estrenar libreta y la ducha en la noche.
Me gusta descubrir lugares nuevos, coleccionar momentos, bailar delante del espejo.
Me gusta el sonido del mar, pasear por la orilla, la luna llena.
Me gusta soplar velas por mi cumpleaños, observar el arcoiris después de una tormenta y que las margaritas decidan si me quiere o no me quiere.
Me gusta escribir y pintar garabatos siempre que me lo pide el corazón, también me gusta hacer el payaso.
Me gusta el olor a vainilla y la esencia de mora, la frescura que desprenden las flores en las floristerías.
Me gusta lo inesperado, que me sorprendan, lo diferente,
Y lo más que me gusta, son las mañanas que me quedo remoloneando en cama cuando ya se ha ido y que mis sábanas huelan a él.
lunes, 26 de octubre de 2015
La inclemencia del destino hizo que te conociera.
El atrevimiento de tus miradas, que en ti me fijara.
El descaro de tus mensajes, que aquello me gustara y la osadía de tus besos, que de ti me enamorara.
Pero no me bastó con eso, fue a través de tus ojos que te supe ver y me embelesaste con tu manera de ser.
Después de horas compartidas, meses de cuentos de hadas y de conocer tus cicatrices así como tus raíces..
Sólo después, te empecé a querer.
Sólo después, te empecé a querer.
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)
